Adorada Sofía:
Abrí hoy la puerta de tu casa, como tantas veces lo hice. Como lo he hecho durante tanto tiempo.
Hoy encontré la cama como acabada de usar. La cama sin tender, el usual desorden matutino que viste tu habitación y la caracteriza.
Tus osos de peluche, muestra de amores de tu pasado, lejos de ti. Una vez más acomodé el espacio como pude. Como recordaba, en sus momentos de gloria, estaban ubicadas las cosas. Sabes que los hombres no somos muy hacendosos por naturaleza. Por lo menos no yo.
Ya estando allí en tan honrosa tarea, decidí hacer lo propio en la cocina. Seguro estaba de que estaría en similar estado que tu habitación.
La cocina revelaba claramente que allí estuvo una familia. Los sartenes pelados por el uso, escurriendo el agua luego de ser lavados daban fe de ello.
Lo que escribe Cesar Yacsirk
Lo que me dio por escribir, de todo y de nada. Del transitar por el mundo pues...
Psi. César Yacsirk
sábado, 18 de marzo de 2017
lunes, 12 de octubre de 2015
Vigo en tres tiempos
He llegado a Vigo, tarde en la noche. Era solo una pernocta
en un lugar extraño.
Salí a caminar por los alrededores en busca de algo de comida.
Sin hambre pero con la convicción que no tendría otra opción mas adelante y que, no hay nada peor que no tener nada que comer para pasar la
ansiedad.
Un modesto bar con sus visitantes habituales, me ofrecía
pizza y cerveza. Ya casi cerraba.
Al regresar a la habitación, el sueño se negaba a acompañar
a mi cansancio. Vigilia y cansancio pretendían permanecer firmes a lo largo de
toda la jornada nocturna. En un intento de engaño a ambos, saque mi cámara del
estuche y a pesar de la poca luz, decidí tomar unas cuantas fotos.
A pesar de una vista taciturna, dispare varías veces mi cámara
hasta que una imagen incompleta de un letrero de “Hotel” se coló en mi lente.
Realmente capté la palabra “Hot” y no hotel como puedo notar cada vez que veo
la imagen. Sin embargo, mi cansancio no me permitía ver la misma como algo
diferente a una cama donde plantar mi cuerpo cansado.
martes, 6 de octubre de 2015
La libertad de no ser libre
Durante muchos años me he paseado por la idea de entender
que es la libertad y sobre todo entender cuando se es realmente libre.
Me paseo indudablemente por el privado de esta condición.
Por el que alguna vez creyó ser libre sin pensar que en su futuro cercano, estaría
confinado a pocos metros. Sin embargo también soy capaz de sentir a aquellas
personas, habitantes de cualquier parte del planeta que viven encerrados en sus
casas por temor a ser invadidos o presos de la inercia de no hacer nada.
viernes, 29 de mayo de 2015
Intimidad en Claroscuro
Una mañana que
podría ser descrita por literatura de poca profundidad como clandestina, tenue
y de poco volumen, gritaba esa mañana con su incandescencia que todo estaba
claro, bello y hasta luminoso.
El camino
no ofrecía resistencia, ningún obstáculo se observaba en la vía. Nada que
detuviera la velocidad del ímpetu. Nada que indicara la marcha en reversa.
La mirada a
través del ojo de la puerta y su apertura lenta, escondía una sonrisa tímida
pero decidida.
Cuentos
iban y venían. El chequeo obligatorio del estado de nuestros seres queridos y
conocidos, la última del noticiero de la mañana y un sinfín de temas de poco
interés, acompañaban las notas dulce- amargas de un café recien elaborado.
La mujer que soy
Sin duda, una declaración de este tipo, partiendo de un
hombre, no deja menos que un gran espacio de reflexión y claro está: Una duda.
No pretendo abandonar un closet en el cual nunca he estado.
Tampoco deseo darle un vuelco a mi existencia, que según dicen muchas damas
refiriéndose a la actualidad masculina, pareciera que el hombre después de
cierta edad siente la necesidad de declararse homosexual.
Lo expresado responde únicamente al haber estado rodeado de
mujeres durante toda mi vida y que sin duda han moldeado mi forma de ver el
mundo. Un mundo sin lugar a dudas, altamente complejo, inexplicable,
incomprensible e intangible como es el mundo femenino.
Abuelas, Madre,
viernes, 2 de mayo de 2014
¿Cómo explicar que es la Felicidad?
De pequeño salíamos a perseguir el final del arcoíris, allí estaba sin duda, la felicidad.
No importaba la lluvia o el tiempo que hiciera, seguro encontraríamos lo que buscábamos, o por lo menos una botija con dinero. Corría hasta el final de este, siendo siempre esquiva la recompensa.
miércoles, 23 de octubre de 2013
De Miranda a Miranda
Existen mi querida amiga diferencias notables entre Miranda
y Miranda. No me refiero a lo obvio a que los problemas desaparecerán
mágicamente al poner la última caja de tu mudanza en el maletero.
Me refiero a la óptica que tendrá el nuevo Miranda en
relación a Miranda que dejas. Sólo tengo imágenes autoconstruidas, sin asidero
real, tal vez contadas por ti en un momento de reposo. Tal vez por esta
sobredimensionada empatía hacia ti que me hace ver cuadros sepias en movimiento,
bajo fondo oscuro.
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