Psi. César Yacsirk

Psi. César Yacsirk
Psicólogo Positivo

lunes, 12 de octubre de 2015

Vigo en tres tiempos

He llegado a Vigo, tarde en la noche. Era solo una pernocta en un lugar extraño.

Salí a caminar por los alrededores en busca de algo de comida. Sin hambre pero con la convicción que no tendría otra opción mas adelante y que, no hay nada peor que no tener nada que comer para pasar la ansiedad.

Un modesto bar con sus visitantes habituales, me ofrecía pizza y cerveza. Ya casi cerraba.
Al regresar a la habitación, el sueño se negaba a acompañar a mi cansancio. Vigilia y cansancio pretendían permanecer firmes a lo largo de toda la jornada nocturna. En un intento de engaño a ambos, saque mi cámara del estuche y a pesar de la poca luz, decidí tomar unas cuantas fotos.

A pesar de una vista taciturna, dispare varías veces mi cámara hasta que una imagen incompleta de un letrero de “Hotel” se coló en mi lente. Realmente capté la palabra “Hot” y no hotel como puedo notar cada vez que veo la imagen. Sin embargo, mi cansancio no me permitía ver la misma como algo diferente a una cama donde plantar mi cuerpo cansado.

martes, 6 de octubre de 2015

La libertad de no ser libre

Durante muchos años me he paseado por la idea de entender que es la libertad y sobre todo entender cuando se es realmente libre.

Me paseo indudablemente por el privado de esta condición. Por el que alguna vez creyó ser libre sin pensar que en su futuro cercano, estaría confinado a pocos metros. Sin embargo también soy capaz de sentir a aquellas personas, habitantes de cualquier parte del planeta que viven encerrados en sus casas por temor a ser invadidos o presos de la inercia de no hacer nada.




viernes, 29 de mayo de 2015

Intimidad en Claroscuro



Una mañana clara, blanca, muy blanca.

Una mañana que podría ser descrita por literatura de poca profundidad como clandestina, tenue y de poco volumen, gritaba esa mañana con su incandescencia que todo estaba claro, bello y hasta luminoso.

El camino no ofrecía resistencia, ningún obstáculo se observaba en la vía. Nada que detuviera la velocidad del ímpetu. Nada que indicara la marcha en reversa.
La mirada a través del ojo de la puerta y su apertura lenta, escondía una sonrisa tímida pero decidida.

Cuentos iban y venían. El chequeo obligatorio del estado de nuestros seres queridos y conocidos, la última del noticiero de la mañana y un sinfín de temas de poco interés, acompañaban las notas dulce- amargas de un café recien elaborado.

La mujer que soy

Sin duda, una declaración de este tipo, partiendo de un hombre, no deja menos que un gran espacio de reflexión y claro está: Una duda.

No pretendo abandonar un closet en el cual nunca he estado. Tampoco deseo darle un vuelco a mi existencia, que según dicen muchas damas refiriéndose a la actualidad masculina, pareciera que el hombre después de cierta edad siente la necesidad de declararse homosexual.

Lo expresado responde únicamente al haber estado rodeado de mujeres durante toda mi vida y que sin duda han moldeado mi forma de ver el mundo. Un mundo sin lugar a dudas, altamente complejo, inexplicable, incomprensible e intangible como es el mundo femenino.

Abuelas, Madre,