Existen mi querida amiga diferencias notables entre Miranda
y Miranda. No me refiero a lo obvio a que los problemas desaparecerán
mágicamente al poner la última caja de tu mudanza en el maletero.
Me refiero a la óptica que tendrá el nuevo Miranda en
relación a Miranda que dejas. Sólo tengo imágenes autoconstruidas, sin asidero
real, tal vez contadas por ti en un momento de reposo. Tal vez por esta
sobredimensionada empatía hacia ti que me hace ver cuadros sepias en movimiento,
bajo fondo oscuro.